AL BORDE DE LA EXTINCIÓN: PROTEGIENDO EL DESIERTO FLORIDO

Texto: Sebastian Andres Moreno Triviño
Fotos: Cristian Andres Rojas Alfar

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Complejo Industrial Cap: Complejo Industrial Cap Minería Planta de Pellets, Sector de Molienda, Hornos y Bodegas. De Fondo la Central Termoeléctrica Guacolda. - Huasco

Complejo Industrial Cap: Complejo Industrial Cap Minería Planta de Pellets, Sector de Molienda, Hornos y Bodegas. De Fondo la Central Termoeléctrica Guacolda. - Huasco

El valle del Huasco, en el norte de Chile, es un tesoro de biodiversidad amenazado desde hace décadas por la industrialización y la contaminación. Desde hace años, la comunidad local  mantiene una lucha activa por preservar su patrimonio natural y cultural: los glaciares, el río Huasco y sus humedales urbanos.

Desierto Florido: Desierto Florido del Huasco, Añañuca Amarilla (Zephyranthes bagnoldii) - Dunas Cerro Centinela / Huasco

Desierto Florido: Desierto Florido del Huasco, Añañuca Amarilla (Zephyranthes bagnoldii) - Dunas Cerro Centinela / Huasco

"El territorio que habito es la principal fuente de inspiración para crear", expresa Alicia Tapia Pizarro, artesana y residente de Freirina, una localidad en el valle del Huasco, en el norte de Chile. "Desde mi infancia primera que habito desde la contemplación… los cerros, el colorido, los sonidos de las aves, los insectos, el relincho del guanaco, el grito del zorro. Todo eso fue incorporando en mí elementos que me sirvieron en mi adultez para enfrentarme a la vida".

El valle del Huasco, situado en la región de Atacama, es un oasis de vida en medio del desierto más árido del mundo. Con una superficie de 19,066 km² y una población aproximada de 66,491 habitantes, este valle es conocido por el fenómeno del desierto florido, donde lluvias inesperadas convierten la tierra árida en un tapiz multicolor, revelando una biodiversidad única y especies endémicas que no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.

Sin embargo, esta riqueza natural está bajo amenaza. La expansión industrial, la contaminación y la falta de políticas ambientales efectivas ponen en riesgo este tesoro ecológico. Este reportaje explora la lucha de los habitantes del Huasco por preservar su patrimonio natural frente a las fuerzas de la industrialización.

Un legado minero y su impacto ambiental

Desde el siglo XIX, el valle del Huasco ha sido un centro de actividad minera debido a su abundante riqueza mineral. Poblados como Labrar, Capote, Quebradita y El Morado surgieron alrededor de la explotación del oro, hierro y cobre, Atacama región minera, fruto de una compleja relación entre el bienestar del territorio y la explotación de recursos.

La Compañía de Acero del Pacífico (CAP), una de las mayores empresas mineras de Chile, estableció operaciones en la región en 1960, explotando en sus inicios la mina Algarrobo y posteriormente la mina Los Colorados. Para abastecer de energía a estas operaciones y a la megaminería en general, se construyó el complejo termoeléctrico Guacolda (1995), el más grande de su tipo en el país, situado a menos de 2.7 km de la ciudad de Huasco.

Soledad Fuentealba: Soledad Fuentealba Triviño - Los Toyos / Huasco

Soledad Fuentealba: Soledad Fuentealba Triviño - Los Toyos / Huasco

Soledad Fuentealba, activista socioambiental de Huasco, señala: "La dificultad está en la legislación medioambiental, que en el fondo más que proteger a las comunidades o proteger la salud de la gente, es proteger a las empresas, proteger a la industria, proteger a la minería, porque toda la legislación está enfocada en que nosotros no podamos pelear contra eso… va generando también un cansancio, una impotencia, que nadie se hace cargo y no se responde, no se responde nada más.”

Contaminación acumulativa y efectos en la salud

Jorge Godoy Fritis, guardaparque del Parque Nacional Llanos de Challe y fotógrafo naturalista, describe la situación: "Recorrer cualquier cerro aledaño a Huasco es encontrarse con polvillo negro. Especies como Eriosyce napina y Eriosyce crispa (cactáceas en peligro de extinción) están inmersas dentro de un polvillo que inclusive es capaz de modificar su color".

La actividad industrial ha dejado una marca indeleble en el medio ambiente y en la salud de los habitantes del Huasco. Estudios recientes revelan que el valle presenta una distribución irregular de material particulado sedimentable (MPS), con sectores que superan los límites establecidos por las normativas. En el suelo superficial donde duerme el desierto florido se han encontrado altas concentraciones de metales pesados como cadmio, vanadio y cromo, especialmente en la ciudad de Huasco y en la Zona Industrial.

Eriosyce Napina: Eriosyce Napina, especie endémica en peligro sobreviviendo en material sedimentado de las emisiones de los hornos de CAP Minería. - Sector Concheria / Huasco

Eriosyce Napina: Eriosyce Napina, especie endémica en peligro sobreviviendo en material sedimentado de las emisiones de los hornos de CAP Minería.  - Sector Concheria / Huasco

Estos metales provienen principalmente de la Planta de Pellets de CAP Minería y de la termoeléctrica Guacolda, así como del transporte de minerales a través de la línea férrea que cruza el valle del Huasco. El viento mueve y sedimenta las partículas de polvo, impregnando hogares, escuelas y campos. 

Un estudio sobre daños a la salud en zonas con termoeléctricas a carbón, realizado por la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile, señala que en Huasco hay un 71% más riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares en comparación con el promedio nacional y regional. Además, las estadísticas indican que hay un riesgo cuatro veces mayor de morir de enfermedades cerebrovasculares en comparación al resto de Chile.

Biodiversidad y uso del suelo

Copiapoa fiedleriana: Copiapoa fiedleriana especie endémica en extinción, sobreviviendo bajo sedimentos depositados por caída de material desde las chimeneas de los Hornos de CAP Minería. - Sector Concheria, Aledaño a la población PLAN #45 Huasco

Copiapoa fiedleriana: Copiapoa fiedleriana especie endémica en extinción, sobreviviendo bajo sedimentos depositados por caída de material desde las chimeneas de los Hornos de CAP Minería.  - Sector Concheria, Aledaño a la población PLAN #45 Huasco

El impacto ambiental no se limita a la contaminación del aire y del suelo. La expansión de actividades mineras y energéticas ha llevado a la destrucción significativa de hábitats naturales, afectando directamente a la flora y fauna del valle. 

Jorge Godoy sostiene: "Siempre se lo explico a la gente que va al parque nacional. La Copiapoa dealbata (cactus centenario único de la costa huasquina) tiene esa cerita blanca en su piel, que funciona como una especie de bloqueador natural a los rayos del sol. También las tienen las especies de Huasco. Para ellas debe ser mucho más complicado realizar los procesos de fotosíntesis".

El ecosistema del valle del Huasco, es un mosaico de suelos minerales, gredas, gravas y arenas que con los milenios ha moldeado sorprendentes formas de vida, gracias a adaptaciones  especiales han logrado dominar el desierto aprovechando al máximo el agua de la niebla (la camanchaca), muchas de estas especies viven en territorios acotados como las Copiapoas o Eriosyces, la destrucción del suelo originario conlleva la fragmentación de hábitats irreparables por su complejidad y longevidad. Las cactáceas de Chile han logrado metabolismos que les permiten sobrevivir largos periodos de sequía a costa de crecer muy lentamente, en la medida que abunda el agua.

El efecto isla de calor y el desierto florido en peligro

La transición hacia energías renovables, aunque necesaria para reducir las emisiones de carbono, presenta nuevos desafíos para las ecologías del mundo. Investigaciones han demostrado que las grandes plantas solares pueden generar un efecto de "isla de calor solar", elevando las temperaturas locales y alterando los microclimas.

Alicia Tapia: Alicia Tapia - Freirina

Un estudio publicado en Nature Scientific Reports indica que las temperaturas alrededor de una planta solar pueden ser entre 3 y 4 °C más altas que en zonas circundantes. Este incremento de temperatura puede afectar a las sensibles formas de vida que habitan estos cerros. La alteración del microclima podría tener consecuencias negativas para la germinación de semillas y la supervivencia de especies endémicas del desierto florido.

Alicia Tapia reflexiona: "Estamos entregando material biológico, un reservorio de vida, nuestra cultura, nuestro patrimonio más importante a una transición energética que va a hacer que nuestro territorio se transforme completamente y desaparezca la riqueza más importante que tiene Atacama".

El dilema educativo y la conciencia ambiental

Doris Zamorano, miembra del Consejo para la Recuperación Ambiental y Social de Huasco, destaca la importancia de la educación como herramienta para el cambio: “Si no cambiamos la malla curricular, si seguimos sacando en el Liceo Japón (único Liceo de Huasco) puros obreros porque la parte técnica es administración, mecánica y electricidad… yo siempre he dicho que en Huasco hay un techo que no se ve y esto se transmite de generación en generación."

La falta de educación ambiental y de conciencia sobre la riqueza biológica del Huasco dificulta la movilización comunitaria y la exigencia de medidas de protección. Es fundamental empoderar a las nuevas generaciones con conocimientos y herramientas para enfrentar los desafíos ambientales, coinciden las fuentes consultadas.

Doris Zamorano: Doris Zamorano - Huasco

Jorge Godoy Fritis añade: "En la medida que nosotros, como habitantes del Huasco, nos informemos bien, vamos a poder ayudar a esta especie a que se mantenga más en el tiempo, que es la idea… Que las próximas generaciones las puedan ver, igual que nosotros, y disfrutar”.

Resistencia y esperanza desde la comunidad

A pesar de los desafíos, la comunidad del Huasco muestra resiliencia y determinación. Iniciativas locales buscan conservar y restaurar el patrimonio natural. Alicia Tapia participa en proyectos de reforestación con especies nativas y en la instalación de atrapanieblas para recolectar agua en zonas áridas.

Alicia Tapia se refiere a la organización de la comunidad de Freirina en la zona central del valle del Huasco:  "estamos trabajando ahora en la instalación de atrapanieblas, vamos a comenzar muy pronto a hacer eso para conservar algunas especies muy importantes como la algarrobilla, por ejemplo. Nuestro interés es obviamente recuperar agua para la comunidad".

Soledad Fuentealba enfatiza: "Lo único que podemos hacer es tratar de defendernos y pelear no solamente con la empresa, sino también con el Estado. Porque ellos dejaron en manos de todo eso. Imagínate aquí en el Valle del Huasco, si no se hubiese parado la comunidad, no se hubiese parado a estos grandes, estas empresas extractivistas como Pascualama (Minera), Agrosuper (Agroindustria), Punta Alcalde (Termoeléctrica), Cerro Blanco (Minera), Nueva Unión (Minera), ¿existiría el Valle del Huasco? ¿Existiría? ¿Tendríamos todavía agua en el río? ".

Rieles históricos: Mensaje en rieles históricos del Sector Concheria, sector de conservación de especies endémicas en peligro - Huasco

La transición energética en Chile propone abandonar progresivamente las energías fósiles. Sin embargo, en el Huasco, la implementación de proyectos de energías renovables, como parques solares y eólicos, ha generado controversia.

Doris Zamorano es categórica en el futuro de las termoeléctricas en Huasco: "En Huasco tenemos cinco unidades termoeléctricas, las cuales, justamente las más antiguas, van a empezar con un proceso de reconversión, quemando amoniaco en vez de carbón. Yo no veo que haya descarbonización completa. Simplemente veo que va a haber una reconversión, más el carbón ".

La comunidad teme que la instalación masiva de estos proyectos se realice sin considerar el impacto en los ecosistemas y sin beneficios reales para los habitantes locales.

Un llamado a la acción global

El valle del Huasco es un microcosmos de los desafíos ambientales que enfrenta el mundo: la tensión entre desarrollo económico y conservación de la biodiversidad, el impacto del cambio climático y la necesidad de una educación ambiental efectiva.

Soledad Fuentealba hace un llamado: "Hay que luchar y decirles a las generaciones que tienen que dar la pelea, porque nosotros tenemos un territorio, tenemos una casa… ¿Por qué tenemos que dejarla? ¿Por qué tenemos que irnos a otros lugares? Si nosotros no somos los invasores. Entonces, tenemos que defenderlos para poder recuperar nuestra casa, nuestro territorio, y limpio, y que la gente, las nuevas generaciones puedan vivir saludables, porque en esta zona de sacrificio van a haber generaciones enfermas. Entonces, igual, para nuestros hijos, para nuestros nietos, tenemos que recuperar todos esos territorios."

Alicia Tapia concluye: "Si de verdad queremos energías renovables para nuestros territorios está en el suelo, está allí en la vida imagínate la gran cantidad de medicina que existe en el desierto de Atacama que ni siquiera ha sido estudiada".

La experiencia del Huasco es un potente recordatorio de que las decisiones que tomamos hoy tendrán repercusiones profundas en el futuro. La lucha de sus habitantes por preservar el desierto florido y su biodiversidad es más que una defensa local; es un llamado de atención global. La protección de ecosistemas únicos como el valle del Huasco no es solo responsabilidad de las comunidades que los habitan, sino un compromiso compartido por toda la humanidad. Reconocer la importancia de estos tesoros naturales y actuar colectivamente para garantizar su conservación es asegurar que las generaciones venideras hereden un mundo donde la riqueza natural y cultural no haya desaparecido en nombre del progreso. 

Esta historia fue producida en el marco del proyecto Narrar la TEJ, impulsado por las organizaciones de la Alianza Potencia Energética Latam.